Cuando nos preguntan la edad, ese simple número nos causa risa nerviosa, orgullo, felicidad o hasta rabia. Podemos esconderla si sentimos que al dar la respuesta vamos a causar en la persona una impresión no grata o simplemente no revelar un numero que nos hace sentir mayores a nuestro espíritu. Para mi, es un simple número. Yo respondo con una gran sonrisa esperando las distintas reacciones de las personas. Podemos tener pocos años y haber vivido bastante o muchos años y no haber vivido nada; yo soy la primera opción. No porque yo haya decidido que así fuera sino por las cosas que han pasado en mi vida que han cambiado el camino, la mayoría de las veces para bien. Al tener estos cambios, he dejado de vivir situaciones y momentos que son los que debería estar viviendo alguien de mi edad. Cuando veo a las personas disfrutando eso que no viví, me hace añorarlo, pero también valorar lo que tengo y como en tan corta edad he construido tanto.
Según el diccionario de la Lengua Española, calidad es la propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor. Por otro lado, cantidad es porción de una magnitud; cierto número de unidades. La vida la podemos medir con estas dos palabras; no es la cantidad que vivamos sino la calidad como la vivimos. No todo es elegido, hay cosas que nos llegan por si solas y somos nosotros los que las procesamos, moldeándolas de la forma que mejor nos identifican y acomodan. De nada nos sirve quedarnos siempre en un mismo proceso por un largo tiempo si dejamos que las oportunidades de cambio, para nuestro bien, pasen por nuestro lado desapercibidos. Nos ponemos metas que no cumplimos, poniendo ante todo el dinero sin pensar en lo más importante, la felicidad. Nos vamos acomodando a lo que mas nos lleve a lograr tener una comodidad económica para después hacer lo que más nos gusta y apasiona. ¿Y si por estar en busca de esa estabilidad se nos acaba el tiempo? Es preferiblemente vivir una vida corta, llena de felicidad y haciendo lo que nos gusta, a una vida larga y posponiendo todo aquello que nos va a llenar completamente. El tiempo no frena y no hay como volver atrás.
“Cuántos años tienes?”
“32”
“Cómo?! Si tu pareces una niñita. Tienes hijos?”
“Si, cuatro.”
“Pero te casaste jovencita, te ha rendido…”
Siempre espero esa línea para responder de forma jocosa y con una sonrisa, que ya soy viuda además. Para mi la vida no se mide solamente con el tiempo, pero si con el provecho que sacamos. Para mi, mi vida no me ha dado opción, pero me ha vuelto más fuerte y he seguido adelante; no sólo por mi, pero por mis hijos. Me toca muchas veces frenarme para ver si lo que he recorrido vale la pena. Cuestionarme si lo que he hecho es lo correcto y que me llena, tratando siempre encontrar alguna falencia que he cometido para mejorarla y no repetirla.
Llevamos la cuenta de las veces que le damos la vuelta al sol preocupándonos por una cana nueva o una línea de expresión que se nos está marcando en la cara, pero no nos fijamos si ese año lo vivimos al máximo, dando lo mejor de nosotros. Dejamos el mejor vestido para una buena ocasión sin tener en cuenta que no sabemos si vamos a tener algún evento para poder utilizarlo. Siempre nos preocupamos por lo que ya paso o por lo que nos puede llegar a pasar sin darnos cuenta que tenemos en nuestras manos lo más importante y preciado como su nombre lo dice: el presente. Cada minuto que pasa se convierte en el pasado, algo que no podemos recuperar. Las oportunidades se van y muy poco regresan para darnos otro chance. Tratando de encontrarle sentido a las cosas que muchas veces no se lo vamos a encontrar, vamos dañando nuestra calidad de vida.
Muchas veces nos preguntamos porque a los niños, almas puras, nacen con alguna enfermedad o a su corta edad tienen que pasar por situaciones que no son las indicadas para ellos. Más allá de eso, está la huella que dejan en ese corto tiempo; logrando lo que muchas personas en toda una vida no llegan a trasmitir al mundo. Por estar tratando de lograr miles de metas que nosotros mismos nos ponemos, nos olvidamos de lograrlas adecuadamente e ir una por una para poder lograr, de la mejor manera lo que queremos. “El que mucho abarca, poco aprieta.” Lo que terminamos haciendo es cansándonos a mitad de camino.
La vida la hemos convertido en una competencia a ver quién es el que más tiene y logra hacer las cosas. Las fuerzas se nos van acabando y terminamos buscando otras opciones que no son las indicadas y muchas veces nos vamos por el camino fácil.
Al morir Abel, me llegaron cartas, llamadas y mensajes de personas a las que él, de una u otra manera había ayudado; no económicamente. De la mayoría no tenia ni la menor idea que así había sido. Actos tan sencillos como ayudar al necesitado en su momento, marcan a las personas y crece una semilla de agradecimiento que va floreciendo y si se cuida como debe ser, puede llegar a ser pasada a otra persona. Él me enseñó lo que era actuar sin esperar nada a cambio. No se si él llegó a imaginarse la cantidad de personas a las que le llegaba cuando estaba vivo.
Aunque en cantidad, tuvo una vida corta y murió joven, en calidad puedo decir que la disfrutó y aprovechó al máximo. No sólo concentrado en él, pero siempre buscando cómo organizar y tratar de mejorar la vida de las otras personas. Tengo que aceptar que muchas veces me equivoque al pelearle esos actos, pero eran parte de mis angustia de ver cómo él se ponía de último en las cosas que hacia; al final era lo que lo hacía más feliz y le daba más ganas de seguir luchando. Dios se lleva a sus flores más lindas para adornar su jardín.
10 comentarios en “Calidad vs cantidad”
Que lindo Mari !!
Esta precioso, esas palabras me llegan al corazòn, esos hombres valían la pena, yo también soy viuda de 45 años y 10 hijos, conozco esas preguntas. Te bendigo y puedes hacerlo bien.
Muy lindo. Tienes toda la razón.
Muy linda reflexión,la voy a compartir con algunas personas a quienes creo que les ayudará a valora lo mucho que tienen.Continua escribiendo que lo haces muy bien!
Mary de verdad que me haz puesto a pensar y en mucho de lo que haz dicho he fallado pero lo importante es darse cuenta tratar de no equivocarse en lo mismo. Un buen legado es que te recuerden por todo lo bueno que hiciste por los demas o sea servir. Un abrazo gigante 🙅😘
Muy bello!! Definitivamente Abel fue un ser especial y superior q vivirá por siempre en nuestros recuerdo. Y tú eres igualmente bella, especial, resiliente que nos dejas enseñanzas y huella con lo q escribes con el alma y corazon. TQM
Divino mari, palabras tan ciertas ✨
Que linda forma de ayudar a muchas personas con tu testimonio🙏
Hermoso Mary cada palabra, cada sentir tuyo; deja algún mensaje para tomarlo. Gracias por tus lindas palabras tan sinceras. Dios siga derramando sobre ti lluvia de bendiciones🙏🏻Y mamita María🌹Tu ejemplo a seguir😍
Estoy totalmente sorprendida con toda la fortaleza que tienes,que gran ejemplo a seguir.
Dios te acompañe siempre y te cuide tus hijitos.