Una tormenta más

Después de la tormenta, siempre llega la calma. No significa que no se pueda aproximar otra tormenta. Al terminar un libro, no significa que el escritor no pueda sacar otro o que en su imaginación o las de sus lectores el relato pueda continuar. Así mismo es la vida, llena de capítulos que con los ciclos se van terminando y empieza uno nuevo, hasta que la vida se apaga. En este proceso, ya estábamos en un punto en el cual habíamos pasado la incertidumbre de cómo iba a ser ese primer año lleno de fechas especiales y momentos, que ya no íbamos a poder compartir como lo hacíamos antes; nos estábamos acostumbrado y empezando a disfrutar de cada momento recordando sin olvidar. Nuevamente y sin aviso, nos tocaron la puerta y desde otro punto de vista teníamos que repetir ese capítulo que ya había pasado.

La vida está llena de altibajos, y es lo que nos demuestra que estamos vivos. Muchas veces no son color de rosa las cosas y tenemos que sobre ponernos ante las distintas situaciones. Yo estaba empezando a ver la calma después de una tormenta interna llena de altibajos y recibo una llamada que nuevamente me iba a derrumbar, lo que con mucho esfuerzo y paciencia habíamos construido; esta vez le había tocado el turno a la mamá de Abel, mi suegra. Me volví a sentar en ese carro descarrilado de montaña rusa. Por momentos, mis sentimientos eran planos, sentía como una anestesia, pero en otros momentos me golpeaba la realidad y sentía que caía en ese espiral que a lo lejos se ve la luz.

Los minutos se sentían como horas al no tener ninguna noticia como iban las cosas, esta vez sentía que era distinto a lo que ya habíamos vivido con Abel. Por momentos estaba tranquila y sabia que sin importar lo que pasara, tenía que nuevamente aceptar sin cuestionar y sobre todo agradecer. No tenemos control de lo que nos pasa, pero si como reaccionamos ante ello. Puedo decir que me mantuve calmada, por momentos ida y creo que no hable mucho ese día. Me salía de la realidad y cambiábamos el tema, una que otra carcajada se colaba. En el fondo estaba tratando de sentarme sobre ese baúl en el fondo de mi mente para que no se abriera; no quería revivir. No era yo sola, éramos todos. No podíamos creer que estaba pasando una vez mas, con muchas coincidencias, pero esta vez en una clínica diferente.

Esa noche sucedió lo que estábamos esperando, ya que no había nada que hacer, solamente esperar. Su corazón se detuvo solito. Nos desgarraba el saber que ya no estaba con nosotros, pero en el fondo sabíamos que era lo que ella mas anhelaba. Había organizado un viaje, pensando que su destino final iba a ser Dubai y contra viento y marea iba a ir. Tenia todo organizado y listo, pero Dios le tenia otro viaje planeado. Uno al que ella se había preparado toda su vida y estos últimos dos años fueron las pruebas finales que necesitaba para realmente pedir con el alma y el corazón que ese era el viaje quería hacer.

Me preguntan que como estoy. La verdad, a veces ni sé. Por momentos estoy tranquila, otros se me rompe y arruga el corazón por pensar en todos en especial en mis hijos. Parece mentira que esto haya sucedido de nuevo y pienso que en cualquier momento me va a llamar o voy a llegar a su casa y encontrarla ahí como si nada.  Es como dicen en la película de Disney intensamente (inside out), muchas veces tenemos que pasar por todos los sentimientos y emociones para lograr estar tranquilos y hasta feliz; no se logra por lo general en el primer intento, pero es cuestión de intentarlo y proponérselo. Ese momento que nos hace sentir tristeza hoy, mañana se puede convertir en un recuerdo que con nostalgia nos puede llevar a revivir y recordar todo lo bueno y sacarnos una sonrisa. Agradecer por lo bueno, lo regular y lo malo. Todo tiene una razón y un porque que de pronto en el momento no entendemos o no queremos ver. No esperemos entender los designios de Dios ya que el cielo es mucho mas alto que la tierra y Él siempre esta mas adelante que nosotros. Solo tenemos que confiar.

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20 comentarios en “Una tormenta más”

  1. Dificil entender a veces los designios del señor. Otra prueba mas que superar. Agradecer siempre sera la clave para aliviar la carga pesada de nuestra propia cruz. Jesus en ti confio. Un abrazo fraterno.

  2. Susana Arnedo Guzmán

    Que hermosa reflexión, te entiendo tanto este año falleció mi mamá en el mes de marzo y este mismo año en el mes de agosto mi suegro falleció,que triste y duro que es todo esto.

    Pero Dios nos dará el consuelo y la fortaleza que necesita nuestro corazón.

    Cordialmente, Susana Margarita Arnedo Guzman Cel: 301-2621989 Éxitos y bendiciones!

  3. Eres una guerrera, sé que la fuerza la dá Dios, de igual manera somos m@s que vencedores ya q afrontar situaciones así, solo les toca y lo hacen los guerreros (as).

  4. Te Pensé tanto Mary y mucho más a tus hijos, que tendrán en su cabecitas en su pensamiento una serie de preguntas difíciles de responder. Lo siento mucho y Se que tu Fortaleza y Confianza en Dios es Grande. Un Abrazo TE ADMIRO MUCHISIMOOOO

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  5. Me ha gustado mucho tu relato.
    Todos tenemos altibajos en la vida, unos más que otros.
    Siempre me dicen que hay que saber gestionar las emociones, pues yo no debo de saber…
    Pues llevo subida en esa montaña rusa toda mi vida.
    Un abrazo👩‍👧‍👦

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