Ellos y yo

Durante el embarazo, una mujer puede experimentar distintas emociones y sentimientos. Cambios físico y emocionales. Se crean vínculos con el ser que mágicamente se está formando; convirtiéndose en lo más importante. Empieza a aflorar un sentido de protección donde vamos cambiado nuestra forma de pensar y de llevar nuestras vidas. Cambiamos el entorno en el que nos movemos, buscando que nada interfiera para que la llegada tan esperada por tantos meses sea perfecta. Tapamos los tomacorrientes, ponemos plástico en las esquinas de las mesas, sellamos los inodoros, en fin, buscamos que la seguridad prime ante todo. Dejamos de dormir, comer y hasta vivir por ellos; cambiando nuestras prioridades.

Hay cosas que simplemente no podemos manejar y se nos salen de las manos y esa burbuja en la que metemos a nuestros hijos se va desinflando, unas veces más rápido que otras. Como locos salimos corriendo a tratar de inflarla y sellar esos huecos que hacen que se desinfle y causan problemas a nuestros tesoros más preciados. No nos damos cuenta del daño que lentamente le estamos haciendo a ellos y nos convertimos en el peligro más grande, sin tener en cuenta que estamos adentro con ellos.

En los cuentos de hadas, películas, libros, canciones siempre vemos una imagen de familias perfectas; la realidad por lo general es otra. Algunas por opción, buscando el bienestar de todos, deciden separarse, otros porque simplemente no pudieron lograrlo juntos y estaban mejor solos y otros porque simplemente creíamos que íbamos por el camino correcto y hubo un cambio inesperado. Nunca estamos preparados para lo que nos viene.

Podemos tener mucho materialmente, pero si estamos vacíos de espíritu y educación no llegamos lejos. En cuestión de segundos lo material se va. Los buenos ejemplos y la educación es algo que nadie nos puede quitar. Por estar metidos en nuestros planes, a veces se nos olvida el vacío que estamos generando en nuestros hijos y lo tratamos de llenar de la manera equivocada. Nos quitamos responsabilidades que nos corresponden y muchas veces cometemos errores irremediables en nuestros hijos.

Los índices de suicidio y depresión que existen hoy son inimaginables; los culpables, nosotros los padres. Queremos protegerlos del mundo y sin saberlo, les estamos quitando las herramientas para afrontarlo. Hoy que me ha tocado enfrentar muchas situaciones -aunque con la ayuda de mi familia y amigos- sola, he querido irme por el camino mas fácil y no afrontar y sacrificarme por ellos.

Miles de peleas, constantes levantadas a devolverlos a sus camas, castigos y cumplir horarios (teniendo que salir corriendo muchas veces) han sido claves para yo poder lograr llegar a donde estamos en este año. Yo soy estricta y se que al igual que yo, ellos necesitan sus limites, espacio, rutina y horarios. Como espero que ellos me respeten, yo los respeto a ellos. Muchas veces me ha tocado frenarme o escuchar a los que están viendo los toros fuera de la barrera, para darme cuenta que al igual que yo, ellos están pasando por momentos difíciles y están tratando de adaptarse; pero no por eso les he dado libertad de hacer lo que quieran ni dejar que se victimicen.

Como parte de su duelo, he dejado que hagan ciertas cosas que normalmente no lo haría; rabia, felicidad, tristeza, aburrimiento y hasta frustración. Son fases por las que durante todas nuestras vidas vamos a pasar y tenemos que aprender a superarlas y cambiarlas por nuestros propios medios. Les he dicho que no en muchas ocasiones en las que la respuesta por facilidad podía ser si y he dicho que si en momentos donde para mi sería un no rotundo. Las enseñanzas y cambios las estamos viviendo juntos, pero no filtradas por mi.

Yo no puedo estar en el colegio con mis hijos tratando de taparles los oídos o los ojos antes las conversaciones y actos de otros niños inocentes, que no me parecen que son para ellos o que podrían herirlos. Por el contrario, tengo que fortalecerlos y hablarles de posibles situaciones a las que se pueden ir enfrentando día a día y que no van a ser ni los primeros ni los últimos. Han visto como cada acto tiene su consecuencia, positiva o negativa y saben que no pueden hacerle a otros lo que no les gustaría que les hicieran a ellos; se ha convertido en una de las principales reglas de la casa.

Siempre he tenido reglas en la casa y para mi los horarios son lo mas importante, sobre todo a la hora de dormir, puedo ceder minutos, pero no cambios drásticos. Trato de que estén en la casa temprano para que puedan comer, organizarse y tener un tiempo para relajarse antes de dormir. Las visitas son hasta temprano para tratar de bajarles las revoluciones. Si, un poco estricta, pero si no fuera así, la más frustrada en este proceso sería yo y los perjudicados ellos. Los acompaño a rezar, los acomodo para dormir, les doy un beso y los dejo que se duerman solos, cada uno en su cama. Les he creado la capacidad de estar tranquilos y lograr dormirse sin tener que depender de nadie. Así mismo es con las tareas del colegio, es su responsabilidad y saben que ahí estoy para ayudarlos, pero no para hacerles el trabajo.

El tratar de adaptarnos a nuestra nueva forma de vida, no fue tarea fácil y hoy un año después mis hijos saben que les falta mucho y vendrán situaciones más difíciles a las cuales se tienen que afrontar, pero saben que poniendo de su parte lo van a lograr y que está bien equivocarse mientras sepan como levantarse sin traerse al mundo con ellos. A mi me queda mucho por aprender, sobre todo de ellos y se que en momentos tengo que bajar la cabeza y hasta disculparme. No somos perfectos, pero estamos unidos para salir adelante y tratar de resolver las distintas situaciones sin ser yo quien les resuelva ni les de todo.

FRIMA MEC

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9 comentarios en “Ellos y yo”

  1. Mari
    Que profundo y certero lo que escribes.
    La verdad me llega al ❤️Cada escrito
    Te felicito
    Esto es una gran lección de Amor, Dedicacion& Fortaleza para todos!!!

  2. Estricta pero cariñosa amiga…llenalos de besos y abrazos…dedicales tiempo para simplemente estar juntos! Los limites los convertiran en niños fuertes y disciplinados…los pechiches en niños seguros!

  3. Que lindo mensaje mari y super acertado… hay que dejarlos vivir, descubrir y equivocarse porque de todas esas experiencias crecen y se hacen mas fuertes…me encantan tus escritos…eres admirable! Besos!

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